martes, 20 de septiembre de 2011

Coleccion Saint Germain (2/5))


METAFÍSICA PARA LA VIDA DIARIA


LOS QUINCE PUNTOS


PARA SABER SI ESTOY REALMENTE EN EL SENDERO

1.- Si siempre busco el bien en cada situación, persona y  cosa.
2.- Si resueltamente le doy la espalda al pasado, sea bueno o malo, vivo únicamente en el presente y futuro.
3.- Si perdono a todo el mundo sin excepción, no importa lo que hayan hecho; y luego me perdono a mi mismo de todo corazón.
4.- Si considero mi trabajo o tarea diaria como cosa sagrada, tratando de cumplirla lo mejor posible (me guste o no).
5.- Si hago todo lo que está en mi poder para manifestar un cuerpo sano, y un ambiente armonioso en torno mío.
6.- Si trato de prestar servicio a todos los demás, sin hacerlo de manera majadera ni fastidiosa.
7.- Si aprovecho todas las ocasiones de hacer conocer la verdad a otros, de una forma sabia y discreta.
8.- Si evito incondicionalmente la crítica, negándome a escucharla o apoyarla.
9.- Si le dedico por lo menos un cuarto de hora a la meditación y a la oración.
10.- Si leo por lo menos siete versículos de la Biblia o un capítulo de algún libro instructivo sobre la verdad para esta era.
11.- Si hago un tratamiento especial diariamente para pedir o demostrar la comprensión. (hay que afirmarla sabiendo que Dios está con nosotros, o encargar a la Señora Maestra Ascendida Nada del rayo rubí, como a las huestes del rayo dorado).
12.- Si me entreno para darle a mi primer pensamiento a Dios al despertar.
13.- Si pronuncio el verbo por el mundo entero todos los días, o bien nuestros ejercicios diarios, o especialmente, digamos, a las doce del día.
14.- Si practico la regla de oro de Jesús en lugar de admirarla únicamente. Él dijo: has a otros lo que desees que te hagan a ti. Lo importante de la regla de oro es que la debemos practicar aunque los demás no la practique hacia nosotros. Pero también, no hay regla que no tenga su opuesto, de manera que no permitas que otros te hagan lo serías tu incapaz de hacerles a ellos.
15.- Si me doy cuenta perfecta de que lo que yo veo no es sino un espejismo, el cual me es posible transformar por medio de la oración científica.

         Para poder demostrar armonía y perfección de todo en tu vida, pregúntate una vez por semana si estás cumpliendo con todos estos puntos.

         En donde quiera que se menciona le perdón se puede insertar la oración de la llama violeta: “Yo Soy la Ley del Perdón y la llama transmutadora de todos los errores cometidos por mi y por toda la humanidad”. Por supuesto que esto es para los estudiantes que ya conocen las Llamas.

LA VIDA

Uno de los aspectos de Dios, o de “aquello que llamamos Dios”, es vida. Dios es vida; entre tantas otras cosas, Dios es nuestra vida y la de todo lo que existe.
La vida toda es una sola, la tuya, la mía, la de las plantas, el insecto, el ave, etc. No nos pertenece individualmente. Es una inmensa vida en la cual estamos nosotros flotando.
Somos cada uno una esponja en un océano de vida.
Estamos acostumbrados a pensar que cada uno aisladamente posee una cantidad de vida, y que esta, como el agua en un pocito, rodeado de tierra, se va evaporando y secando, y que le puede caer algo sucio o algo que le infecte y la contamine. No. A ella, a ese manantial inmenso, inagotable e indestructible, no le puede ocurrir absolutamente nada.
Ella no puede morir. Es un manantial de energía que fluye a través de nosotros, que nos penetra y que por lo tanto, nos mantiene vivientes; o sea que nosotros somos seres vivientes porque estamos en ella.
Como la raza íntegra cree que el ser humano es un pocito de vida separado y aislado, que es susceptible a la enfermedad, al desgaste por los años, y a la muerte, toda la raza manifiesta esa creencia; pero cuando se borre esa opinión, a fuerza de negarla y afirmar la verdad, dejarán de enfermarse, de envejecer y de morir. Mientras más se piense y medite la verdad, más pronto se librará el ser humano de esas falsas creencias, porque la verdad es acumulativa. “Conocer la verdad y ella os hará libres”, dijo Jesús; y también: “El reino de los cielos es semejante a la levadura, que una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue fermentado”. Más claro no puede estar. El reino de los cielos no es aquello que nos han ofrecido para otro plano si nos portamos bien. (Es el estado de dicha, armonía y adelanto que estamos buscando aquí). Esta meditación que les está aclarando algo que ustedes no conocían; que les está removiendo células que estaban dormidas, es la levadura a la que Jesús se refiere.
Esta verdad que escuchan hoy continuará trabajando en ustedes, hasta que un día de pronto se les ilumine la idea como un todo. Porque habrá fermentado toda la masa.
Estamos habituados y tan endurecidos por la costumbre, a vernos los unos a los otros, que no nos asombra el milagro que representa un personaje que, habla, piensa, se mueve, oye y vive sólo por si mismo, sin ningún cable que lo conecte a una corriente eléctrica; sin que esté sembrando en la tierra; ¿y ese otro milagro que ocurre a cada minuto?, un niño que al ser separado de la madre que le comunica su vida, continua viviendo. Y nada de esto nos llama la atención. Cuando todo esto nos debería provocar constante asombro y contemplación. ¿Qué es eso?, ¿Cómo es eso?, ¿O es que ustedes creen que esa maravilla, ese milagro lo hace la taza de café con leche?. La comida y el comer son resabios que nos quedan del reino animal, son instintos animales.
Como estos no piensan ni reaccionan aún, no tienen intuición sino instinto. Aún los rige la célula aquella primitiva que era un estómago, o deseo rudimentario. Ellos obedecen ciegamente al principio de generación y a la ley de evolución que ordena la combinación de los elementos y la alteración paulatina de vibraciones.
El hombre ya es pensante, racional e intuitivo. Sus vibraciones se intensifican al pensar en las más altas. Al escuchar, comprender y aceptar la verdad de todas las cosas, acelera su frecuencia y por supuesto se eleva de plano.
La meditación, como es pensar profunda y determinadamente en estos altos conceptos, adelanta al ser rápidamente.
Por eso los estoy haciendo meditar.
Nosotros somos hijos de Dios, hechos de su propia sustancia. Somos esponjas en un océano de vida. No necesitamos alimento exterior. Cuando nos compenetramos bien de esta verdad y la realizamos, nos encontramos comiendo menos y menos, automáticamente sin hacer ningún esfuerzo ni sacrificio. La levadura de la verdad habrá penetrado toda la masa; las células del cuerpo estarán vibrando a altas frecuencias. La vida es ella misma alimento. Ella es salud, energía, belleza. Es vida.





SALÓN METAFÍSICO DE BELLEZA

Cuando se entra de lleno en metafísica; o sea, cuando se está dispuesto a cambiar la conciencia carnal por conciencia espiritual, se sale del plano de la lucha y de las leyes terrenales para entrar en el plano de la ley espiritual y la manifestación suave y perfecta.
         Para quitarse de encima grasa, peso, volumen, erupciones, barros, manchas de la piel, arrugas, caída del cabello, imperfecciones en general, el Ascendido Maestro San Germain ha trazado una serie de pequeños y suaves procedimientos para ejecutar todos los días sin esfuerzos, sin ejercicios, sin dietas, sin mascaras, masajes ni operaciones, ya que todo esto se desprende de la creencia en el poder de los efectos exteriores, cuando esta es manifestación del error y la falsa creencia que están arraigados en el subconsciente. En otras palabras, lo que está basado en el error es mentira. La verdad es perfecta y es causa de perfección manifestada. O sea, que los efectos exteriores son, que la gordura es efecto de lo que uno come, o que el metabolismo anda mal, etc. Ahí tienes dos efectos exteriores; ninguno de los dos es causa. Para atacar la causa, primero hay que saber que se desprende de una falsa creencia de una mente inconsciente. La primera y principal causa es el haber aceptado cuando alguien sugirió frente a ti, o que leíste en la prensa aquello de que las cosas que entran por la boca pueden convertirse en factores de fealdad.
         El Maestro Jesús dejó dicho muy claramente: “no es lo que entra por la boca lo que daña al hombre, sino lo que de la boca sale, porque del corazón procede” ; o sea, que la palabra hablada, el verbo, es un decreto que viene de lo que en ese entonces llamaban “el corazón”, que es el subconsciente.
         Nuestro Amado Ascendido Maestro San Germain ha dictado los siguientes ejercicios para adelgazar, por medio de los cuales va desapareciendo la grasa sin dejar pliegues de pellejos; se va embelleciendo la piel y curando lo que adolezca.

1.- Todos los días, de pie frente a un espejo, con la mano izquierda levantada con la palma al cielo, y con la derecha sobando el vientre en rotación de izquierda a derecha (en el mismo sentido de las manecillas del reloj) decir en voz alta, o mentalmente, como mejor te guste: “YO SOY LA MAGNA ENERGÍA ELECTRÓNICA QUE ENTRA, FLUYE Y RENUEVA CADA CÉLULA DE MI CUERPO Y MI MENTE, ELIMINANDO TODO LO QUE NO SEA SIMILAR A ELLA, AHORA MISMO”.
2.- Para proceder en otras partes del cuerpo que obligan a emplear la mano derecha y, por consiguiente, hay que bajar la mano izquierda que polariza, ver mentalmente un círculo de luz plateada que sube y baja en torno al cuerpo; sobar circularmente todas las partes que se desea adelgazar (el que es delgado y quiere tener formas mas llenas también lo puede usar con esa intención) repitiendo la afirmación. Otra forma de lograrlo es colocándose las manos en los hombros y deslizándolas por todo el cuerpo hasta los pies, sintiendo la simetría y perfección de la forma que se desea tener; la afirmación antes dada puede variar según el resultado que uno quiere obtener, por ejemplo: YO SOY LA MAGNA ENERGÍA ELECTRÓNICA QUE ENTRA, FLUYE, RENUEVA Y EMBELLECE, O QUE REJUVENECE.

SÓLO POR HOY


(Decálogo de: Francisco Antonio Zea Pérez)

1.- ...Seré feliz. Expulsaré de mi espíritu todo pensamiento triste. Me sentiré más alegre que nunca. No me lamentaré de nada. Hoy agradeceré a Dios la alegría y la felicidad que me regala.
2.- ...Trataré de ajustarme a la vida. Aceptaré el mundo como es y procuraré encajar en él. Si sucede algo que me desagrade no me lamentaré ni me mortificare, agradeceré que haya sucedido porque se puso a prueba mi voluntad de ser feliz. Hoy seré dueño de mis nervios, de mis sentimientos, de mis impulsos. Para triunfar tengo que tener dominio de mi mismo.
3.- ...Trabajaré alegremente, con energía , animo y pasión. Haré de mi trabajo una diversión. Comprobaré que soy capaz de trabajar con alegría. Comprobaré mis pequeños triunfos. No pensaré en los fracasos.
4.- ...Seré agradable. No criticaré a nadie. Si comienzo a criticar a una persona cambiaré la crítica en elogios. Toda persona tiene sus defectos y sus virtudes. Concentraré mi atención en sus virtudes y olvidaré sus defectos. Hoy evitaré las discusiones y conversaciones desagradables.
5.- ...Voy a eliminar dos plagas: la prisa y la indecisión. Hoy viviré con calma y paciencia, porque la prisa es enemiga de una vida feliz, y triunfare. No permitiré que la prisa me acose ni que la impaciencia me abrume. Hoy tendré confianza en mi mismo. Le haré frente a todos los problemas con decisión y voluntad,  y no dejaré ninguno para mañana.
6.- ...No tendré miedo, actuaré valientemente. El futuro me pertenece. Hoy tendré confianza en que Dios ayuda a los que luchan y trabajan.
7.- ...No envidiaré a los que tienen más dinero, más belleza o más salud que yo. Contaré mis bienes y nos mis males. Compararé mi vida con otros que sufren más.
8.- ...Trataré de resolver los problemas de hoy. El futuro se resuelve así mismo. El destino pertenece a los que luchan. Hoy tendré un programa que realizar; si algo me queda por hacer, no desesperaré, lo haré mañana.
9.- ...No pensaré en el pasado. No guardaré rencor a nadie. Practicaré la ley del perdón. Asumiré mis responsabilidades y no echaré la culpa a nadie por mis problemas. Hoy comprobaré que Dios me ama y me premia con amor.
10.- ...Haré una buena acción a alguien. ¿A quien? Buscaré a alguien para hacerlo, sin que lo descubran y, al llegar la noche, comprobare que Dios me ha premiado con un día lleno de felicidad. ...Y de mañana haré un día como hoy...

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